Rebuilding

En mi mente ya llevo al menos cuarenta post escritos, y al entrar aqui me topo con que hace cuatro meses que no escribo. Y esos cuatro meses, cada dia, estoy segura, quise hacerlo. ¿Porqué no lo hice? La respuesta es fácil...o quizá no tanto. 

Mis ideas sobre el cáncer han variado bastante, éste proceso ha sido una enorme sacudida de ideas, sentimientos y valores. Les cuento.

Mi último post hablaba de las temidas quimioterapias con doxirrubucina, y sólo recordar lo que me hicieron me da escalofríos, al recuperarme de la cuarta supe que quizá no habría soportado una quinta, pero he conocido maravillas de personas cuyos cuerpos han soportado muchísimo más, así que puede ser que si lo soportara, pero en ese momento sentía que no. Me desprendí bastante de la humanidad, me sentía tan inerte que perdí sensibilidad de muchas cosas, no lloraba, no sufría, simplemente ocupaba la poca energía que tenía en sobrevivir. El mareo, les conté, fue de lo peor, pero no solo eso, no tardé en experimentar dolor, cuando comencé el siguiente medicamento, casi incapacidad de caminar por algunas semanas, dolores articulares, temblores, y de hecho, dolor persistente en las muñecas, por eso dejé de escribir, esperaba siempre el dia que ya no me dolieran, ahora se me cansan, pero no duelen. También dolor en los pies, falta de sensibilidad en dedos de manos y pies, luego hace unas cinco semanas, empezamos a batallar con las infusiones, las venas se quemaron, tal cual lo había leído, y solo estirar la mano era bastante dolor por las venas tan duras y tirantes. Dejé de hacer muchas cosas, entiendo porqué es una enfermedad incapacitante. Pero ésta descripción breve de mis males es sólo el preámbulo para contarles sobre mis bienes (que ocuparán los futuros posts)...

    El cáncer es una enfermedad agotadora, pronto las personas se cansan de hablar de ello, yo misma un tiempo me sentí harta, pero me di cuenta que estaba evadiendo una realidad, mi realidad, mi presente, que por ahora no puedo adelantar nada, que tenía que enfrentar mi enfermedad, porque estaba tratando de hacer como si nada... En fin que en ese trayecto procuré no hablar tanto del tema y enfocarme en otras cosas, y dar oportunidad también a que mi familia tomara un respiro, no sé si funcionó, pero incluso tuve que dejar a mi terapeuta por unas semanas por problemas económicos, y ya que parecía que la vida nos ponía en circunstancias aún más adversas a mi y a mi familia entramos en una suerte de crisis. Entonces me pasó...

    En mi vida he vivido varias situaciones traumáticas, de las que no ahondaré pero algunas de ellas, aunque de algún modo las superé, pues aquí sigo, no fueron totalmente sanadas, sino que las guardé en un cajón, y poco a poco impregnaron mi vida, de algún modo fueron transformándome en una persona que no quería: una mala amiga, una mamá culpable, una mujer callada, con un caos adentro que me consumió por muchos años, que me iba anulando, dando paso a una persona irreconocible para mí misma. Y todo eso, aunado a mis problemas de salud, o en conjunción con mis problemas de salud y depresión minaron lo que quedaba de mi, de Isela. 

    Entonces en medio de mi caos, de mis dolores, insomnios, terrores y demás surgió en mi una claridad: yo no había superado un asunto por ahí pendiente, yo seguía sufriendo por el pasado, por algo que escapaba a mis manos y por lo que me he sentido culpable por más de una década. 

No quiero que exista la confusión, y lo aclaro prudentemente ahora, no pienso yo que ninguno de esos problemas derivaran en el cáncer, pero sé, que mucho del dolor que vengo arrastrando desde hace tanto ha contribuído a mi mala salud, física y mental. 

Asi, abriéndome en terapia, pude abordar esa situación tan dolorosa y que brotó en medio de ésta crisis, y no voy a decir que fue fácil, pero me ayudó mucho ponerla sobre la mesa, verla directamente y darme cuenta de lo mucho que me habia transformado, de lo mucho que seguía influyéndome y afectándome. Sabiendo eso, decidí que ésta vez no vería a otro lado y la enfrentaría, durante varios dias estuve meditando, no pensando, sino realmente practicando la meditación y tras varias jornadas, finalmente, sentí un cambio en mi interior: yo NO soy culpable de todo lo que me ha pasado, aunque lo haya asumido asi por años, y le asigné, a varias personas, con nombre y apellido, sus propias responsabilidades, así, como si las tuviera sentadas frente a mi.

Y yo que ya no soy más una persona religiosa, oré, a nadie, sino dirigiéndome al espíritu de esas personas que me lastimaron, tomé simbólicamente todo el dolor, la gran masa de sufrimiento que me habia envenenado por años y como un kame-hame-ha se las lancé de vuelta, y sé que las recibirán, por que ya no está más en mi, decidí volver a ser yo, y no la zombie que ha atravesado la vida por tantos años, apenas de pie pues diariamente me aplastaban la culpa, el miedo, la vergüenza y medio vivía en medio de una invalidéz de alma y mente. 

Por semanas, durante las quimioterapias iniciales, me agobiaban pesadillas a través de las cuales pude ir recordando pasajes de mi infancia y juventud, dolorosos muchos, y siento que en medio de los delirios empecé a sanar realmente, a purgar mucho del dolor que tenía atorado en la garganta y que me impedía hablar con mi propia voz, reirme, hablar amorosamente, ser quien solía ser. Sé que poco a poco ese alivio y liberación irá llegando a todas las zonas del cuerpo y espero, de mi alma, aunque esa es tan extensa que no sé si me alcance la vida. 









Comentarios

Entradas populares