Begginings.

Tengo como 4 posts en mi mente. Regularmente estaba escribiendo diariamente, media hora al dia, pues es un ejercicio terapéutico, pero me ha costado trabajo dar forma a lo escrito.
Hoy ya estoy por fin en la cama del hospital. La semana pasada cancelaron mi cirugía en uno de los dos servicios medícos que tengo, pero tenía la otra opción para hoy domingo y todo apunta a que, por fin, mañana, el cáncer empezará a deshabitarme.
No han sido días simples. La semana pasada me realizaron un estudio:gamma grama óseo, nada complicado, sólo es inyectar una sustancia que al ser absorbida por los huesos, lo pasan a uno a un scaner, y de haber metástasis en los huesos, pues ahí "relumbra".
No me daba miedo el provedimiento medico en si. Lo que me llena de ansiedad son las malas noticias. Al estar acostada en la camilla me pusieron el escaner encima, la única indicación era no moverme. Sufrí mucho. A los pocos minutos empecé a sentir un sofoco. Desesperación por jalar aire. Nada me ataba pero sentía que, en efecto, no podía moverme. Empecé a sentir un mareo y muchísimo miedo. Angustia. Entonces lo reconocí: ataque de pánico. Recordé que hay que respirar, pero no podía, empecé a llorar. Pero no quería llorar incontrolable mente o echaría a perder el estudio. Empecé a contar, a pensar en una canción. No podía, no pude recordar ninguna! Hasta que vino a mi memoria una alabanza que cantaba cuando iba al catecismo, tenía como 9 años. Pude recordar la primera estrofa y después recordé una canción infantil. Y acompañada de esa canción en mi memoria empecé a recordar a cada pequeño del colegio donde trabajé hace años. Sus caritas claras como si los tuviera enfrente. ¡Sus expresiones! Y así, como magia, pude ver la cara de mi hermosa Elisa como a los dos años, a Rodrigo, a Oliver, como si tuviera a mis tres hijos, sentaditos en el círculo que les hice en el piso de la sala, frente a mi, cantando los cuatro, todos pequeños, de la misma edad, cantando a todo pulmón "abrir, cerrar, manitas al compás, rueda que rueda, ¡pas! ¡pas! ¡pas!"
Ni un sueño, alucinación o visión había sido tan maravillosa en mi vida, sentí un amor infinito, fluyendo por todo mi cuerpo, me sentí dichosa de ser su mamá, de haberlos traído al mundo, de gozar su existencia. Y sin darme cuenta, detrás del cubrebocas tenía una gran sonrisa. Una inmensa sonrisa. Seguían las lágrimas, pero me calmaban. Supe que haría cualquier cosa por poder, siempre, ver sus caritas. Y ahora mismo, ya no siento ningún temor. Confiaré en unos días tenerlos enfrente y seguir nuestras vidas, una vida loca, con tremendas pruebas, pero que ya tengo la mejor estrategia para vencer los miedos, ansiedad o estrés: cantar a todo pulmón, con mis tres pequeños hijos, en mi imaginación. 

Comentarios

Publicar un comentario

Loving memories and words only.

Entradas populares