Round and round.

 

Esta soy yo en pleno abril, a días de los treinta y séis. Y enumerando cosas, en diez dias ya no seré más ésta. Pasaré por una cirugía que mermará el cuerpo que habito, pero también mermará a mi nuevo habitante, al cáncer. 

Cuarenta y siete días han pasado desde que recibí el diagnóstico que, definitivamente, será un parteaguas. Cáncer de mama. No voy a negar que fue un dia traumático, que da para otra larga hoja. 

Hoy de lo que quiero hablar es de lo necesario que es hablar (o escribir, en mi caso). Los primeros muchos dias lo hablé todo lo que pude. Tengo un par de semanas guardándolo. Tal cual lo puse en un cajón y decidí que ya no lo diría. Pero estoy aprendiendo muchas cosas estos dias. Una de ellas es que por mucho que lo calle no desaparece.

Y es que todo es irreal. Mi cuerpo sigue pareciendo el mismo. El mundo sigue girando y girando. Nada se detiene. Y sin embargo, todo se ha ralentizado, casi pausado en mi. Estoy atenta a todo, y a la vez, quisiera pretender que "nada pasa", pero si pasa. En éste justo momento, este invasor (nunca mejor dicho) sigue colonizando mi interior llevándome a toda velocidad al "otro lado", al que nunca queremos ir cuando amamos la vida. 

Pero, como dije, estos dias estoy aprendiendo muchas cosas. Siempre, claro, por que soy curiosa y amo aprender. Pero no estoy aprendiendo esos datos que me interesan, sino que la vida me está enseñando, un par de cosas nuevas, de las que nunca quise o pensé necesario aprender.  

Una de ellas es que necesito amigos, gente, tribu. Que la soledad no es la mejor compañera para este tramo del camino. Y ciertamente en la vida hice bastantes, pero también reconozco que al parir a mi primera hija (que cumple doce mañana), cerré la puerta a muchas personas. Me encerré toda una década dedicada al oficio de maternar, que lo hice bien o mal, es otro asunto. 

Por ahora también estoy aprendiendo que el tiempo, esa cosa insustancial, inexistente, pero que nos sirve para darnos cuenta que vamos cruzando por la vida, no está nunca de nuestro lado. Algunos son más avezados que yo y se dan cuenta pronto. Yo no. Siempre he creído que tengo tiempo. Para estudiar, para conocer lugares, personas, para leer, para escribir, para demostrar lo que sea que sienta. Que "después" será un mejor momento. Pero resulta que el tiempo es "ahora". Y mi ahora la vida me lo puso sobre la mesa. Me dice hazlo. Escríbelo. Dilo. Demuéstralo. Conócelo. Y también: supéralo. Olvídalo. Entiérralo. Déjalo. 

Siempre me he jactado de ser buena estudiante. Es mi momento.

 Verán, si quieren, mucho de esto. Por que la escritura siempre ha sido mi mejor purga, la mejor herramienta de aprendizaje. 

Decidí traer acá mis sentires, no por que sean o no relevantes, sino por que no caben en mi, y por que muchas, como yo, necesitamos leer a quienes sienten lo mismo, el cáncer es un club bastante grande ya, pero las reglas aún no están muy definidas, sin embargo, las experiencias nos llegan a hermanar, y confío, en que escribir sobre ésta travesía me ayudará un día, también, a dejarla atrás. 

Isela.